Una adolescente de Burzaco, víctima de trata
AB | Una adolescente de Burzaco, víctima de trata .: Una adolescente de 14 años de Burzaco estuvo diez días secuestrada, fue abusada sexualmente y trasladada a villas del distrito y de Capital Federal, donde intentaron “venderla”.
La familia de la chica está amenazada de muerte y es asesorada por la Fundación María de los Ángeles, en tanto que la madre, Silvia González, cuestiona con dureza “el maltrato” que ella y su hija recibieron de la Policía y la Justicia.
Milagros tiene un retraso madurativo, y el 16 de marzo pasado estaba en la plazoleta ubicada frente a la estación de Burzaco, donde una mujer de nombre Belén, que ella dijo reconocer, la invitó a subirse a un colectivo hasta Alejandro Korn. Luego la mujer la dejó sola en una esquina hasta que llegó una camioneta negra a la que un hombre que también reconoció la obligó a subir apuntándole con un arma en la cabeza.
Desde allí la llevaron hasta una casa de dos plantas de esa localidad, después la trasladaron hasta la Villa Betharram, de Adrogué, y luego a la 1.11.14, del Bajo Flores, para ser vendida a lugares donde había otras chicas en su misma situación. La nena contó que fue violada en reiteradas oportunidades, le dieron pastillas, la vendaron, la ataron, le pusieron polleras cortitas y le cortaron el pelo (algo que en los casos de trata, como el que aseguran que vivió esta nena, se llama “ablande”).
De hecho, cuando los secuestradores se enteraron de que la madre de la joven había emprendido una búsqueda que incluyó enfrentamientos con narcos del barrio, recorridas por comisarías y boliches y afiches pegados por toda la ciudad, se burlaron de ella paseándola en camioneta frente a la Comisaría 2° de Almirante Brown para demostrarle la impunidad de la que gozaban.
Ni cinco de bolilla
En diálogo con Al Sur, Silvia González contó que cuando fue a esa entidad policial a radicar la denuncia por la desaparición de su hija, habló con el comisario Gabriel Aguirre, el subcomisario Hugo Altamirano, el principal Brandan y la oficial ayudante Florencia Ruggiero, quienes le decían que tal vez la joven se haya ido “con algún noviecito”, que “será una travesura de nenas, ya va a aparecer” y que “no haga un caso Candela de esto”.
La causa quedó asentada como “averiguación de paradero” en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Lomas de Zamora, a cargo de la doctora Angelini, mientras que también hay otra por amenazas a la familia en la UFI 18, a cargo de la doctora Silvestre.
La noche del 26 de marzo avisaron a la familia que Milagros estaba sentada en un banco de la estación de trenes de Burzaco, un poco perdida. De acuerdo al relato que hizo la chica, supieron que en un descuido de sus captores la joven había logrado escapar y dedujeron que el cautiverio y los traslados habrían ocurrido cerca del “Camino de las Latas”.
Al día siguiente volvieron a la Comisaría 2° de Burzaco y a la Comisaría de la Mujer del distrito para que la adolescente declare todo lo que vivió, pero no le tomaron la denuncia. Lo hicieron recién dos días después, cuando Silvia se comunicó a la línea telefónica 145 y a la fundación que preside Susana Trimarco.
Por otra parte, cuando González llevó a su hija al Hospital Lucio Meléndez, de Adrogué, los médicos de la guardia ginecológica no la revisaron y se limitaron a entregarles un kit de emergencia para casos de violación, ya que en una causa de esta índole debe intervenir un médico forense.
Reunión con el Municipio
Debido a que Milagros está en un estado de shock post traumático e intentó suicidarse, la semana pasada su mamá se internó con ella en el neuropsiquiátrico San Martín de Porres, de Capital Federal.
Mientras, la organización Mariposas de Villa París y el Frente Popular Darío Santillán de Guernica son otras dos organizaciones que acompañan en todo momento a Silvia, tal como lo hicieron el lunes durante una reunión que mantuvieron con el secretario de Gobierno de Almirante Brown, Mario Giacobbe; el secretario de Seguridad local, Marcelo Fila; y el jefe de la Distrital, comisario inspector Walter Iguíñez, quienes se comprometieron a intervenir en este caso.
A través de la organización y la lucha de quienes dan batalla diaria a la trata y demás violencias de género, queda la esperanza de que ese “compromiso” no sea uno más de tantos que quedan en la nada, permitiendo que más mujeres y niñas sean devoradas por los responsables directos y cómplices de turno del negoción de la explotación sexual.