POLICIAS QUE EXPLOTABAN MENORES: CONFIRMAN PROCESAMIENTO

12/10/2013

Juicio a la red policial de abuso

La Cámara confirmó el procesamiento de los uniformados, sospechosos de formar parte de un grupo de policías que se pasaban entre sí a dos hermanas de 12 y 15 años de una villa bonaerense para abusar sexualmente de ellas. El caso fue revelado por Página/12.

Por Raúl Kollmann

La Sala 7ª de la Cámara del Crimen confirmó el procesamiento de seis policías y un guardiacárcel por abuso sexual y promoción de la prostitución de dos chicas de 12 y 15 años a las que sometían en varios lugares, entre ellos dos dependencias policiales, en especial el cuartel de la Policía Montada de la Federal en Palermo. El caso fue revelado por Página/12 en marzo y reviste una gravedad inusitada: a la más grande la dejaron embarazada a los 12 años y luego otra vez a los 15, por lo que el fiscal Fernando Fiszer y la defensora de menores Claudia López Reta pidieron realizar los ADN para saber cuál de los uniformados es padre de los dos bebés, aunque hubo otros policías que abusaron de las chicas y todavía no pudieron ser identificados. Las niñas, dos hermanas, venían de una villa bonaerense, estaban mucho en la calle, y los policías las llevaban a una pensión y a dos unidades, a cambio de unos pocos pesos y –a veces– de comida. Los jueces puntualizan que todo transcurrió en un marco de intimidación a las adolescentes.

Los camaristas Juan Cicciaro, Mauro Divito y Mariano Scotto confirmaron el procesamiento dictado en agosto por la jueza Wilma López, tras una ardua investigación realizada primero por el Ministerio de Seguridad y luego por el fiscal Fiszer y la defensora López Reta. El dramático caso motivó un sumario contra el anterior fiscal del expediente, Augusto Troncoso, quien no impulsó la investigación como correspondía, según la óptica de la procuradora Alejandra Gils Carbó. Troncoso consideró que las denuncias provenían de un conflicto “de polleras”.

La Sala 7ª, tras el dictamen del fiscal Sandro Abraldes, dejó listos para ser sometidos a juicio oral a Héctor Daniel Martínez, Mauricio Sebastián Acevedo, Jorge Matías Acevedo, Sebastián Borfitz, Miguel Angel Campero, Héctor Diego Palavecino y Gustavo Salinas, seis policías federales y un penitenciario. “Los imputados –dice la Cámara– aprovecharon una relación de poder respecto de las hermanas, ambas carentes de contención familiar y en las que se detectó una signo-sintomatología asociada a vivencias amenazantes o intimidatorias, a la vez que netamente traumáticas.” Los uniformados no están presos, aunque fueron apartados de las fuerzas por el Ministerio de Seguridad.

Los camaristas reiteran el relato adelantado por este diario: “Los policías, alternadamente, se comunicaban con las damnificadas para satisfacer sus apetencias sexuales ocasionales, además de transportarlas en móviles de la fuerza, lo que, por la corta edad de las víctimas, conduce a presumir que tanto las llamadas telefónicas como los mensajes de texto encerraban una connotación intimidatoria para las víctimas. Los números de teléfono de las menores circularon entre diferentes oficiales de la Policía Federal, como así también con la intermediación de personal de seguridad privada de la línea de ferrocarriles San Martín”.

Más allá de la descripción, el Código Penal considera abuso sexual toda relación de un adulto con una chica de 12 o 13 años, aunque hubiera consentimiento, porque se entiende que la niña está en una situación de total vulnerabilidad. Tratándose de personal uniformado, el delito es agravado, es decir con penas que van de 8 a 20 años de prisión. A esto se agregó el cargo de promoción de la prostitución que impuso la cámara y que apuntaría a otros 5 años de prisión. Las niñas describieron los lugares a los que eran llevadas, algo que la jueza Wilma López constató, y revelaron que a veces las tenían 24 horas en el cuartel y por allí pasaban los distintos uniformados.

En la investigación sigue habiendo más policías sospechados, pero no se pudo determinar la identidad porque las chicas los conocían, por ejemplo, por Olmedo, que seguramente era un apodo derivado del parecido con el humorista. La instrucción no pudo dar hasta ahora con ese sujeto. También utilizaban otros apodos y, en algunos casos, los investigadores se encontraron con el hecho de que había varios policías con el mismo apellido. De manera que ahora el fiscal Fiszer tiene que decidir si pide la elevación a juicio contra los ya imputados o espera a determinar quiénes son los otros responsables. En el medio quedará la concreción de los estudios de ADN para establecer quiénes son los padres de los dos bebés.

Como relató este diario en marzo, el expediente se inició por la denuncia de un policía. Un compañero le ofreció a las chicas y éste se encontró con ellas en una pensión. Empezó a conversar con ambas y las niñas le contaron la trama, lo que lo llevó a presentarse a la Justicia, provocando un serio conflicto con los uniformados que denunció. El policía llevó a la mayor de las nenas a vivir a casa de su madre, mientras que la menor quedó en la órbita de la Defensoría de Menores. Por lo que pudo averiguar Página/12, la contención de ambas chicas ha sido muy dificultosa en función de la dramática niñez que vivieron, y los abusos y embarazos de los uniformados.

raulkollmann@hotmail.com

 

 


ARGENTINA: TRATA DE NIÑXS Y ADOLESCENTES PARA EL DELITO

09/04/2013

Reclutaban a chicos de la calle para robar en Capital y GBA

Los detenidos son un hombre de 53 años y sus dos hijos. Tenían a los chicos, de 12, 13 y 14 años, en un “aguantadero” de Avellaneda. Y los llevaban a hacer robos y arrebatos a las estaciones de tren.
Marche preso. Uno de los detenidos durante el operativo policial en la Villa Tranquila de Avellaneda. Los acusan de “tenencia de armas y reducción a la servidumbre”./ EL DIA DE LA PLATA
 

04/09/13

El contacto lo hacían en las estaciones ferroviarias, en esos rincones escondidos de los edificios inmensos, donde se agrupan los pibes que buscan un refugio momentáneo. Allí les ofrecían algún mínimo “beneficio” –comida, cospeles para videojuegos, algo de droga–a cambio de reclutarlos para hacer robos y arrebatos en otras estaciones del conurbano, de la Capital o en el microcentro porteño.

Luego, adultos explotadores y chicos explotados viajaban hasta el corazón de un asentamiento de Avellaneda para esperar otra jornada de recorrido por los márgenes de la ciudad. Si el botín era bueno, alguno podía recibir una remera o un par de zapatillas.

El lunes a la noche, una banda integrada por un hombre y sus dos hijos fueron detenidos en una casilla de la Villa Tranquila, en Avellaneda, acusados de reclutar a chicos de la calle de La Plata y obligarlos a robar. En ese búnkerla Justicia secuestró dos pistolas 9 milímetros, una escopeta de dos caños y una carabina 22 con mira telescópica y puntero láser.

Según confirmaron a Clarín fuentes policiales y judiciales, a partir de ese procedimiento pudieron rescatar a tres víctimas, de 12, 13 y 14 años, a quienes mantuvieron retenidos por varios días.

Todos son chicos que viven en una extrema vulnerabilidad social. No van a la escuela y no era la primera vez que faltaban de sus casas.

El caso que disparó la investigación es el del menor de 14 años. El 25 de agosto pasado, su madre hizo una denuncia porque desconocía su paradero desde hacía cinco días. Vivía en una de las casas del Plan Federal ubicada en la zona de 122 y 520 de La Plata, en un barrio conocido como “El Mercadito”. La mujer llevó una foto que tenía en su celular y comenzaron los procedimientos de búsqueda.

Agentes del gabinete social de la comisaría, con el apoyo de una patrulla de la DDI de La Plata, encontró al chico en la estación Avellaneda del Ferrocarril Roca.

Por el aporte de testigos que se incluyeron en la causa, pudieron determinar que el adolescente estaba vigilado por uno o dos muchachos que siempre lo controlaban de cerca. En realidad, eran los responsables de monitorear los delitos que le habían mandado a hacer al chico. Lo llevaban hasta la zona del Bingo de esa ciudad, para hacer “arrebatos” o robos del tipo “descuidistas”. Las mujeres y otros menores eran los blancos preferidos, según consta en las actuaciones que están a cargo del fiscal platense Fernando Cartasegna.

Cuando los investigadores encontraron al menor desaparecido, siguieron a quienes lo vigilaban y pudieron llegar hasta el domicilio de Eduardo Acosta (53), en la Villa Tranquila. Allí encontraron a los otros chicos, de 12 y 13 años, que también vivían en La Plata y tenían activo un pedido de averiguación de sus paraderos.

En este caso, eran dos hermanos que vivían en un asentamiento cercano a la estación de trenes de Tolosa. Los conocían como “Los Jaimitos”. Ahora, los tres chicos están alojados en una casa de “abrigo” (así se denomina a los centros de atención social para menores) de La Plata, con la intervención del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.

Con todos estos elementos y otros testimonios, Cartasegna pidió un allanamiento que fue autorizado por el juez de Garantías Juan Pablo Massi.

Acosta y sus dos hijos, Claudio (26) y Nicolás (23) fueron detenidos por“tenencia ilegal de armas de guerra y reducción a la servidumbre”.

Los tres chicos platenses no fueron los únicos que pasaron por esa casa precaria de Villa Tranquila. Algunos vecinos declararon que“siempre entraban y salían nenes” de la casilla. En los Tribunales sospechan que, además de robar, algunos más chicos eran obligados a mendigar en algunas esquinas del microcentro de Buenos Aires. Y en otras estaciones ferroviarias.

“Estas personas aprovechaban la vulnerabilidad de estos chicos. Les ofrecían favores mínimos para convencerlos pero, a su vez, los vigilaban”, dijo a Clarín uno de los investigadores. Por esos “pagos” debían robar o pasar varias horas en las esquinas mendigando. Luego los llevaban hasta Villa Tranquila y los mantenían en situación de extrema precariedad.

El ladrón que captaba a chicos con ansiolíticos y cerveza

Fue condenado por el caso Santiago Urbani. La práctica es penada por una ley específica.
Todos al patrullero. Dos menores son detenidos por la Bonaerense en el centro de la ciudad de La Plata, en un operativo reciente. El que va atrás tiene menos de diez años. /DANIEL FORNERI
 

04/09/13

Aunque jueces de Menores y hasta funcionarios del área de Seguridad admitieron y denunciaron en los últimos años que existen sistemas de reclutamiento de chicos para cometer delitos –“negocio” muchas veces en manos de la Policía–, en pocas causas esto pudo probarse. Sin embargo, la problemática se hizo tan patente que, a través de una ley sancionada en 2003 (la 25.767), este tipo de conductas se incluyó en el Código Penal con el objetivo de desalentar a los mayores a usar a menores en sus bandas aprovechando su situación de inimputabilidad ante la ley.

Fue así que nació el artículo 41 quater del Código, que establece: “Cuando alguno de los delitos (…) sea cometido con la intervención de menores de dieciocho años de edad, la escala penal correspondiente se incrementará en un tercio del mínimo y del máximo, respecto de los mayores que hubieren participado en el mismo ”.

Esta figura se usó como agravante, por ejemplo, en el juicio oral contra Oscar “El Pelado” Pérez Graham (45), acusado de reclutar la bandaintegrada por dos menores que mató a Santiago Urbani.

El joven, de 21 años, fue asesinado de un escopetazo en la cabeza el 10 de octubre de 2009, cuando la banda entró a robar a su casa de Tigre. Durante el juicio oral se probó que Pérez Graham les daba cerveza y ansiolíticos a menores de villas de la zona oeste para que lo acompañaran a dar los golpes en el norte del conurbano. Por eso le impusieron una pena de 27 años.

En el fallo, el tribunal consideró que Pérez Graham era “el más claro ejemplo del aprovechamiento de menores en la comisión de ilícitos. Fue quien, al quedarse fuera de la casa, busco esquivar los riesgos de este tipo de sucesos”.

Otro caso de alto impacto social en el que se habló sobre la utilización de menores fue el del ingeniero Ricardo Barrenechea, asesinado en su casa de San Isidro el 21 de octubre de 2008. Por el crimen fueroncondenados tres adolescentes y la hipótesis que no llegó a probarse fue que trabajaban para policías. Así lo afirmó, por ejemplo, el juez Luis Arias (ver Un juez…).

La huella policial del reclutamiento de menores fue denunciada como nunca en el caso de Luciano Arruga (16), quien está desaparecido desde el 31 de enero del 2009. La última vez que se lo vio con vida fue en el destacamento policial de Lomas del Mirador. Según testimonios de la causa, Luciano era permanentemente acosado por policías que lo presionaban para que robara para ellos. Se cree que lo mataron por negarse.

 

Cuatro de cada diez menores de 17 años viven en la pobreza

POR NATALIA MUSCATELLI

Proporcionalmente, son más afectados que los adultos. El 10% de los chicos es indigente.
Arriba del travesaño. Un grupo de chicos juega en la villa porteña Zabaleta, el verano pasado. Los menores son el 30% de la población./ROLANDO ANDRADE
 

04/09/13

Los chiquitos que en los semáforos de la 9 de Julio hacen piruetas a cambio de unas monedas, o esos adolescentes que se abalanzan sobre los automovilistas para limpiar sus vidrios, son apenas una ínfima muestra de una situación que afecta a un universo mucho mayor en la Argentina profunda.

Hoy, en el país, 4 de cada 10 niños y adolescentes de hasta 17 años vive en condiciones de pobreza. El 39,5%, casi 5 millones de personas. Una proporción que es 13% más alta respecto de la población adulta. Además, uno de cada 10 integrantes de esta franja etaria no logra cubrir sus necesidades nutricionales básicas, es decir, es indigente.

Así lo estimó, a falta de estadísticas oficiales confiables, el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES), en base a la comparación de los ingresos relevados –en forma trimestral– por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC y las canastas del Indice Barrial de Precios (IBP).

La primera conclusión que arroja esta radiografía socioeconómica es que la condición de pobreza afecta mucho más a los niños y adolescentes (que suman el 30,74% del total de la población) que a los adultos. Ya que la incidencia de la pobreza sobre la población total (de todas las edades) ascendía, en diciembre de 2012, al 26% del total.

La pobreza en esa franja de menores se redujo entre junio y diciembre del año pasado en un 2,2%. Así como también se contrajo en la franja de todas las edades (del 27,09% al 26,07%).

De todas maneras, “la pobreza sigue siendo el principal desafío pendiente que tiene el país. Y un primer paso para solucionarlo es aceptarlo y visualizarlo en las estadísticas públicas”, señalan los responsables del CIPPES.

Al analizar la situación en las distintas provincias, la incidencia de la pobreza sobre niños y adolescentes varía en forma considerable, si bien en todos los casos el fenómeno afecta a los más jóvenes.

En Córdoba, la escasez de recursos afecta a más de 400.000 chicos y adolescentes menores a 18 años, lo que representa el 41% de la población provincial. Estas tasas resultan mayores a las de la Provincia de Buenos Aires, donde es afectado el 38,6%: más de 1,8 millones de bonaerenses hasta 17 años. Además, “este último número refleja el peso importante de la Provincia en términos poblacionales, ya que esta tasa difiere en menos del 1% de la tasa sobre niños y adolescentes a nivel nacional”, destaca el estudio.

La provincia donde más afecta la pobreza en este segmento es Chaco, donde el 71% de sus chicos vive con ingresos familiares por debajo del umbral de pobreza. Mientras que en Salta es el 47,5% y en Tucuman, el 46,7%.

En cuanto a la situación de indigencia, el estudio señala que afecta a 1,2 millones de niños. Esto representa el 10% del total, una tasa que casi duplica el valor de la indigencia medida sobre la totalidad de los habitantes (5,91%).

 

Un juez había hablado de adolescentes reclutados por la Policía

 

04/09/13

En 2009, la relación entre los menores, los mayores y el delito explotó en la provincia de Buenos Aires cuando el juez en lo Contencioso Administrativo de La Plata Luis Arias denunció que era la Policía la que reclutaba chicos para robar y que los captaba a través de arbitrarias detenciones por “averiguación de antecedentes”. Para ello, intentó imponer judicialmente la prohibición de que la Bonaerense siguiera arrestando menores bajo ese pretexto. “Es una maniobra de la Policía para el reclutamiento”, justificó. Sin embargo, sufrió diversos reveses. El tema volvió al centro de la escena a fines de ese año, cuando el entonces ministro de Seguridad provincial, Carlos Stornelli, denunció que una serie de homicidios en ocasión de robo habían sido incitados por policías retirados que reclutaban menores para cometerlos. El objetivo, según su presentación, era desestabilizarlo a él. Esto nunca se probó.

“Un mes después de la denuncia, el propio Stornelli tuvo que admitir que había casos como los denunciados”, señaló ayer a Clarín el juez Arias. “La causa por ese tema no avanzó demasiado en el fuero penal”, admitió. “Pero es necesario cambiar el sistema de investigaciones penales con la aplicación de la Policía Judicial, para que la Bonaerense sólo tenga tareas de prevención”.


VIDEO: OLAVARRIA: INCENDIAN CABARET Y HABLA LA DUEÑA

06/17/2013

La dueña explica que pagaba una cuota de PROTECCIÓN a la Policía, entre otras barbaridades que siempre venimos denunciando.


BUENAS PRÁCTICAS: LA COMISARIO FLORES DECLARA EN JUICIO POR TRATA

05/17/2013

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Profilácticos para el Hospital Rawson iban a parar a prostíbulos

Lo denunció una comisario en un juicio en el Tribunal Oral Federal 2. Habló de la complicidad policial con el principal imputado en la causa.

El testimonio de la comisario Claudia Flores fue claro y contundente (Ramiro Pereyra/La Voz).

El testimonio de la comisario Claudia Flores fue claro y contundente (Ramiro Pereyra/La Voz).

 
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“Lo que me llamó la atención fue la falta de higiene del lugar y la gran cantidad de cajas de preservativos de la Nación. Eran así de grandes (con las manos indicaba el importante tamaño) y cada una contenía 1.400 unidades. En todas las cajas figuraba como destinatario el Hospital Rawson, pero estaban en esa casa de Novello (Edgardo David, alias “Gordo”)”, reveló la comisario inspector Claudia Fabiana Flores, testigo principal en una causa por trata de personas que se ventila en el Tribunal Oral 
Federal 2 de la ciudad de Córdoba.

La revelación de la mujer policía sugiere la posibilidad de que algún funcionario vinculado a la salud pública desviaba los profilácticos destinados a la campaña nacional de distribución gratuita hacia proxenetas propietarios de prostíbulos.

Flores, que investigó una red de prostitución que explotaba sexualmente a humildes mujeres y niñas paraguayas, traídas bajo engaño a trabajar como prostitutas, involucró a miembros de la Policía de Córdoba por su conocimiento de esa trata de personas sin hacer nada por impedirlo.

 

La comisario fue contundente y precisa sobre la marcha de la investigación realizada en territorio argentino y paraguayo, que tiene como principal imputado al mencionado Novello (50) y a Luisa L. (38), nacida en Paraguay, quien de víctima se transformó en victimaría y llegó a obligar a su hija de 15 años a prostituirse en un lupanar que funcionaba en Santiago del Estero al 323, a metros de la Guardia de Infantería.

Incisivo. El presidente del tribunal, José María Pérez Villalobo, fue incisivo al interrogar a la testigo quien no descuidó detalles de la investigación que el 20 de septiembre de 2010 tuvo su punto culminante al rescatar a cuatro menores de edad y a nueve mayores, durante un allanamiento ordenado por la fiscal Eve Flores de la Justicia provincial.

La causa, por su magnitud, pasó a la Justicia Federal, ámbito de un juicio que, por su trascendencia, ha motivado el interés de distintas ONG presentes en la sala de audiencias.

La narración de los hechos investigados por la mujer policía aluden a un método de terror utilizado por el acusado Novello para amedrentar y “domesticar” a mujeres indefensas a las que, según la acusación y la pieza de instrucción, violaba, amenazaba de muerte y en alguna ocasión roció con querosén u otro combustibles para prenderlas fuego.

El espeluznante relato de la investigadora dejó sin palabras a los abogados defensores que, salvo una desafortunada intervención, optaron por no hacer preguntas durante las casi cinco hora de testimonio.

“¿Usted vio si la menor de 15 años estaba practicando sexo?”, llegó a preguntar un defensor cuando la testigo contaba sobre la presencia de niñas en uno de los prostíbulos allanados hace más de dos años. Esa niña, de acuerdo a la investigación, fue obligada a satisfacer a clientes del lupanar hasta romper bolsa de su embarazo.

El modus operandi de la red de prostitución no difiere demasiado con los casos que tomaron estado público en los últimos años, respecto a la “importación” de mujeres y jóvenes sumidas en la pobreza en su país de origen, muchas de ellas reclutadas bajo promesa de cuidar niños, trabajar como empleadas domésticas o trabajar en bares y otras que aceptan vender su cuerpo por necesidad.

Llamó la atención de propios y extraños la memoria de la comisario Flores al relatar la sucesión de allanamientos en la casa de calle Santiago del Estero y en las de Paraná 267, 25 de Mayo 57, Oncativo 153 y Humberto Primero 390.

Estos allanamientos llevaron al secuestro de documentación y probanzas de que importantes sumas de dinero, con depósitos de hasta 80 mil dólares en bancos paraguayos, permitieron invertir en campos y otras propiedades en el vecino país, operaciones inequívocas de lavado de dinero.

Corrupción policial. Aparentes casos de corrupción policial merecen un párrafo aparte del jugoso testimonio de la comisario Flores, sobretodo incentivada por las preguntas de Pérez Villalobo y los vocales de cámara José Fabián Asís y Carlos Lascano, respecto al secuestro del libro de guardia de la Seccional Primera y de actas de la División Protección de Personas.

Así surgió que un integrante de Protección de Personas, amante de una de las prostitutas confidentes del imputado Novello, alertaba cuando se allanaría el prostíbulo vecino de la Guardia de Infantería.

Por eso las menores no trabajaban los viernes, pero sí los sábados y domingos cuando sabían que la Policía no iba a ir.

La comisario Flores contó que sus camaradas “visitaban” prostíbulos y whisquerías y llenaban actas con el nombre de las mujeres presentes, en clara violación a las normas legales. “Los prostíbulos funcionaban las 24 horas por día, la Policía no puede entrar, si sabe que hay un prostíbulo, lo que debe hacer es denunciar y pedir la orden de allanamiento porque siempre fueron ilegales. Eso me enseñaron a mí en la Escuela de Oficiales de la Policía y también al director de Protección de Personas”.

 

En detalle

Juicio. El Tribunal Oral Federal 2 ventila un juicio por trata de personas en el que está acusado Edgardo David Novello (alias “Gordo”)”. Se investigó una red de prostitución que explotaba sexualmente a humildes mujeres y niñas paraguayas, traídas bajo engaño a trabajar como prostitutas.

 

El texto original de este artículo fue publicado el domingo 12 de mayo de 2013 en nuestra edición impresa. Ingrese a la edición digital para leerlo igual que en el papel.

CASO SOL LOBILLO SPINOSA – INSISTIMOS ¿DONDE DENUNCIAR?

05/13/2013

Frente a este caso, Reiteramos a todas las mamás y familiares de niñas, adolescentes y mujeres desaparecidas nuestra recomendación: En ningún caso se debe denunciar en la policía. Lo mejor es acercarse al juzgado federal más cercano a su domicilio. Reenviamos como archivo adjunto las indicaciones de ESCLAVITUD CERO sobre la forma de proceder en estos casos y el link al listado de juzgados. Por favor difundir. Saludos, Mercedes Assorati

 https://esclavitudcero.wordpress.com/?s=QUE+HACER+FRENTE+A+UNA+DESAPARICION

 

Sol Lobillo Spinosa
Una adolescente de Burzaco, víctima de trata
AB | Una adolescente de Burzaco, víctima de trata .: Una adolescente de 14 años de Burzaco estuvo diez días secuestrada, fue abusada sexualmente y trasladada a villas del distrito y de Capital Federal, donde intentaron “venderla”. 
La familia de la chica está amenazada de muerte y es asesorada por la Fundación María de los Ángeles, en tanto que la madre, Silvia González, cuestiona con dureza “el maltrato” que ella y su hija recibieron de la Policía y la Justicia.
Milagros tiene un retraso madurativo, y el 16 de marzo pasado estaba en la plazoleta ubicada frente a la estación de Burzaco, donde una mujer de nombre Belén, que ella dijo reconocer, la invitó a subirse a un colectivo hasta Alejandro Korn. Luego la mujer la dejó sola en una esquina hasta que llegó una camioneta negra a la que un hombre que también reconoció la obligó a subir apuntándole con un arma en la cabeza.
Desde allí la llevaron hasta una casa de dos plantas de esa localidad, después la trasladaron hasta la Villa Betharram, de Adrogué, y luego a la 1.11.14, del Bajo Flores, para ser vendida a lugares donde había otras chicas en su misma situación. La nena contó que fue violada en reiteradas oportunidades, le dieron pastillas, la vendaron, la ataron, le pusieron polleras cortitas y le cortaron el pelo (algo que en los casos de trata, como el que aseguran que vivió esta nena, se llama “ablande”). 
De hecho, cuando los secuestradores se enteraron de que la madre de la joven había emprendido una búsqueda que incluyó enfrentamientos con narcos del barrio, recorridas por comisarías y boliches y afiches pegados por toda la ciudad, se burlaron de ella paseándola en camioneta frente a la Comisaría 2° de Almirante Brown para demostrarle la impunidad de la que gozaban.

Ni cinco de bolilla
En diálogo con Al Sur, Silvia González contó que cuando fue a esa entidad policial a radicar la denuncia por la desaparición de su hija, habló con el comisario Gabriel Aguirre, el subcomisario Hugo Altamirano, el principal Brandan y la oficial ayudante Florencia Ruggiero, quienes le decían que tal vez la joven se haya ido “con algún noviecito”, que “será una travesura de nenas, ya va a aparecer” y que “no haga un caso Candela de esto”. 
La causa quedó asentada como “averiguación de paradero” en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Lomas de Zamora, a cargo de la doctora Angelini, mientras que también hay otra por amenazas a la familia en la UFI 18, a cargo de la doctora Silvestre.
La noche del 26 de marzo avisaron a la familia que Milagros estaba sentada en un banco de la estación de trenes de Burzaco, un poco perdida. De acuerdo al relato que hizo la chica, supieron que en un descuido de sus captores la joven había logrado escapar y dedujeron que el cautiverio y los traslados habrían ocurrido cerca del “Camino de las Latas”.
Al día siguiente volvieron a la Comisaría 2° de Burzaco y a la Comisaría de la Mujer del distrito para que la adolescente declare todo lo que vivió, pero no le tomaron la denuncia. Lo hicieron recién dos días después, cuando Silvia se comunicó a la línea telefónica 145 y a la fundación que preside Susana Trimarco.
Por otra parte, cuando González llevó a su hija al Hospital Lucio Meléndez, de Adrogué, los médicos de la guardia ginecológica no la revisaron y se limitaron a entregarles un kit de emergencia para casos de violación, ya que en una causa de esta índole debe intervenir un médico forense.

Reunión con el Municipio
Debido a que Milagros está en un estado de shock post traumático e intentó suicidarse, la semana pasada su mamá se internó con ella en el neuropsiquiátrico San Martín de Porres, de Capital Federal.
Mientras, la organización Mariposas de Villa París y el Frente Popular Darío Santillán de Guernica son otras dos organizaciones que acompañan en todo momento a Silvia, tal como lo hicieron el lunes durante una reunión que mantuvieron con el secretario de Gobierno de Almirante Brown, Mario Giacobbe; el secretario de Seguridad local, Marcelo Fila; y el jefe de la Distrital, comisario inspector Walter Iguíñez, quienes se comprometieron a intervenir en este caso. 
A través de la organización y la lucha de quienes dan batalla diaria a la trata y demás violencias de género, queda la esperanza de que ese “compromiso” no sea uno más de tantos que quedan en la nada, permitiendo que más mujeres y niñas sean devoradas por los responsables directos y cómplices de turno del negoción de la explotación sexual.