Está detrás de Brasil y Colombia como puerto de origen de la drogaPor Daniel Gallo
El avance del narcotráfico en la Argentina quedó ratificado ayer en el informe anual de las Naciones Unidas sobre drogas, que ubicó al país como el tercer puerto proveedor mundial de cocaína, detrás de Brasil y Colombia.Es la primera vez que la oficina contra las drogas y el crimen de la ONU establece en su estudio el origen de los cargamentos decomisados en el mundo. En la página 140 del informe se señala que la Argentina está entre los tres lugares más mencionados como puntos de partida de la droga, luego de ser consultados los países miembros sobre los embarques secuestrados en sus territorios.Para elaborar ese ranking se tomó en cuenta la captura de drogas entre 2001 y 2012. En esas evaluaciones, realizadas por las autoridades de cada país, se hizo referencia en repetidas oportunidades a la Argentina como lugar de despacho de los cargamentos de cocaína.El análisis de las incautaciones durante 2011 muestra también una alerta de la ONU sobre la falta de información oficial por parte de la Argentina respecto de los secuestros de drogas. El documento informa claramente que debió nutrirse de información parcial en el caso argentino, único país que fue señalado por esa falta de datos.Así, se aclaró que la cifra de 4,4 toneladas de cocaína incautada aquí durante 2011 corresponde a decomisos en los que no participaron fuerzas de seguridad federales, ya que el Gobierno no informó al organismo sobre operativos de la Gendarmería, la Prefectura o la Policía Federal.
En 2010 tampoco se notificaron al organismo internacional las cifras de captura de cocaína en el territorio argentino. Y por lo informado en otros países, una parte importante de la cocaína que circula en el mundo tiene origen en nuestro país.
Más allá de la presencia de la Argentina entre los tres países más mencionados como origen de la cocaína en circulación, en el tráfico de marihuana aparece Marruecos en primer lugar, Afganistán figura como proveedor central de heroína y Holanda es expuesto como el país de origen de los mayores cargamentos de drogas sintéticas.
Holanda es la única nación que aparece como eje de tránsito de todas las clases de drogas, ya que figura en el cuarto lugar en marihuana, sexto en heroína y décimo en cocaína.
La mención al origen argentino de los cargamentos de cocaína no implica la producción local de la droga, sino el punto de embarque.
El problema local con el narcotráfico está en aumento, como lo demuestra la situación de disputas territoriales en Rosario, que ya derivó en un centenar de muertos y que anteayer motivó una marcha multipartidaria en rechazo a la violencia del narcotráfico. Es que desde los años 90 se hizo fuerte el discurso interno que apuntó al narcotráfico como un problema externo, de países consumidores, derivándose a la Argentina a un confortable papel de tránsito. Pues bien, para la ONU es éste uno de los tres países con mayor circulación de cocaína.
Si bien el gobierno empezó a colocar la lucha contra las drogas en la agenda pública con algunas menciones por parte de la presidenta Cristina Kirchner, en estos momentos la oficina antidrogas está vacante. La Casa Rosada aún no designó al reemplazante de Rafael Bielsa, que renunció en marzo último.
LA ARGENTINA NO PROVEE DATOS
Mientras eso ocurre, en la oficina de las Naciones Unidas que analiza el escenario mundial de drogas se dejó consignada la falta de datos argentinos. Fue expuesto así en el anexo que indica la captura de drogas en cada país.
En esas tablas de comparación entre naciones se señaló la ausencia de información oficial para 2011, por lo que se tomaron en cuenta cifras parciales para establecer el secuestro de 4,4 toneladas. En 2010 sucedió una similar falta de datos completos, que llevó a la ONU a sostener que en ese año los decomisos llegaron a 7237 kilogramos. Diferente fue la situación en 2009, cuando el gobierno nacional envió a la ONU la información sobre la captura de 12.643 kilogramos de cocaína. Fue el año récord. Se dejó luego de colaborar con el informe anual internacional.
Por entonces la Casa Rosada manifestaba su molestia por las publicaciones periodísticas sobre el constante aumento en los secuestros de droga en la Argentina. La evaluación oficial marcó que, lejos de ser un hecho a destacar, una mayor captura de cocaína apuntaba a un incremento del tránsito. La primera medida fue prohibir a las fuerzas de seguridad la difusión de sus estadísticas. A partir de ese momento, el periodismo se apoyó en los datos que la ONU revelaba anualmente tras recibir la información argentina. Y se cerró también esa fuente de información pública.
Más allá de la situación de la Argentina, el informe anual de la ONU, presentado ayer en las oficinas en Viena, proyectó que 20 millones de personas consumieron al menos alguna clase de droga durante 2011. Y las drogas sintéticas ganaron espacio, según el análisis de los especialistas del organismo internacional. También se informó que la producción de cocaína en América latina es estimada entre 776 y 1051 toneladas.
Entre sus anexos figuran los valores que se pagan en cada país por el kilogramo de cocaína, cifras que marcan la ganancia de los intermediarios radicados en la Argentina, donde el precio es de 7000 dólares, mientras que en los países de destino europeo ronda los 50.000 dólares en promedio, en tanto que en Australia se estableció una cifra de 250.000 dólares por kilogramo.
Además se consignó en el documento que América latina no sólo es una zona de producción y tránsito de cocaína, sino que el consumo en los países de nuestra región muestra un crecimiento acelerado.
NACIONES UNIDAS
Informe 2013 sobre drogas
Documento
Según la ONU, en América del Sur se fabrican entre 776 y 1051 t de cocaína; una gran parte se distribuye desde la Argentina
CONCENTRACIÓN
Masiva marcha social contra la violencia de los narcos en Rosario
Políticos de diferentes sectores encabezaron la manifestación frente al Monumento a la Bandera; este año ya hubo 107 homicidios, la mayoría por ajustes de cuentas
Por José E. Bordón
Para LA NACION
SANTA FE.- La comunidad de Rosario mostró ayer su hartazgo por la inseguridad y el narcotráfico. Según fuentes policiales, la protesta movilizó a más de 20.000 personas, quienes se concentraron frente al Monumento a la Bandera. Otras fuentes estimaron un número menor de concurrentes,
El presente es alarmante: 107 homicidios este año. Sólo el 2 por ciento en ocasión de robo. El resto se divide entre ajustes de cuentas o acciones destinadas a ganar espacios dentro del narcotráfico.
«Ni con Bonfatti ni con los K, acá está el pueblo que se planta de verdad», fue la consigna que cantó la gente que primero se concentró en la plaza Pringles, en Córdoba y Paraguay, y que casi una hora después, alrededor de las 18, llegó al Monumento a la Bandera.
«Manifestamos nuestra profunda vocación de construcción de una sociedad democrática e igualitaria, en la que a partir del diálogo, la tolerancia y las acciones políticas y sociales conjuntas podamos disminuir los alarmantes niveles de violencia que hoy se manifiestan en nuestras comunidades. Estamos convencidos de que la lucha por la paz es fundamentalmente la lucha por la dignidad humana, ya que en la matriz de la desigualdad encontramos las causas más profundas de la mayoría de los flagelos que hoy someten a nuestra sociedad, algunas de las cuales se convierten en violencia», se expresó el documento que se leyó anoche.
La movilización fue heterogénea. Más de medio centenar de agrupaciones políticas, sociales y barriales respondieron a la convocatoria. «Es un hecho muy importante que las diferentes fuerzas se unan por esta causa», dijo el senador nacional Rubén Giustiniani (FAP), que acompañó la movilización.
La columna que encabezó la marcha estuvo liderada por la intendenta, la socialista Mónica Fein, y casi todos los concejales, quienes portaron una gran pancarta con la inscripción «Todos contra el narcotráfico».
Junto con ellos se ubicaron el diputado provincial Maximiliano Pullaro y el dirigente de Sadop Martín Lucero. Luego acompañaron jóvenes militantes de diversas agrupaciones políticas, universitarias y sociales. Allí pudieron verse grandes banderas de la juventud radical, el Partido Socialista Popular, las organizaciones Libres del Sur, Evita, Martín Fierro, el Partido Comunista Revolucionario, Pro, Kolina y demás organizaciones, especialmente de izquierda. En tanto, del ambiente gremial quien más movilizó fue el Sadop, de los docentes.
También estuvieron el gabinete de Fein, los ministros provinciales de Seguridad, Raúl Lamberto; de Justicia, Juan Lewis; de Salud, Miguel Capiello, y de Gobierno, Rubén Galassi, quienes asumieron la representación del gobernador Antonio Bonfatti, quien a esa hora se encontraba en Paraná, en la firma de un convenio con la presidenta Cristina Kirchner y su par entrerriano, Sergio Urribarri.
Además, se pudo observar al senador nacional (UCR) Ernesto Sanz, junto a Hermes Binner y a Mario Barletta (UCR), y también estuvo presente el diputado nacional Fabián Peralta (GEN), que hasta el año pasado fue presidente de la Comisión de Adicciones de la Cámara baja.
La consigna consensuada fue denunciar los inéditos niveles de violencia derivados del comercio de drogas, además de expresar la solidaridad con las víctimas, repudiar la corrupción de las fuerzas de seguridad y reclamar el fin de la impunidad de las organizaciones criminales.
VIOLENCIA Y MUERTE
Claves de una ciudad jaqueada por el delito
107 homicidios
- Es la cifra de asesinatos en lo que va de 2013. La mayoría de ellos estarían relacionados con ajustes de cuentas entre los narcos de la ciudad
Caso Tognoli
- El jefe de la policía de Santa Fe, Hugo Tognoli, fue detenido, luego de ser relevado de sus funciones, por tener vinculaciones con los narcotraficantes locales
Banda de Los Monos
- El pasado 26 de mayo el líder de esta banda narco, Claudio Cantero, fue acribillado por un ajuste de cuentas. Al poco tiempo, su hermano fue detenido
Narcotráfico
Jueves 27 de junio de 2013
Publicado en edición impresa
El escenario
LOS NARCOS APROVECHARON EL DESINTERÉS POLÍTICO
Por Daniel Gallo
LA NACION
El narcotráfico quedó durante años fuera de la agenda pública. No entregaba votos y su combate no era primera exigencia de la gente. Hubo confortables discursos sobre la Argentina como un simple país de tránsito y se hicieron múltiples debates sobre el aspecto recreativo de las narcóticos, llamándolas drogas sociales. Al empezar los tiros, la sociedad y los políticos se dieron cuenta del tiempo perdido.
En Rosario se realizó anteayer la primera marcha multipartidaria para poner el grito en el cielo por las muertes causadas por el narcotráfico. En esa ciudad, nudo de transportes, ya se formó una escuelita de sicarios. El supuesto país de tránsito mira ahora el problema real que genera el tráfico de drogas. Con muchos años desaprovechados que dieron ventaja a los narcos. Llegaron de afuera, armaron la red y ya tienen sólidas conexiones locales.En 2002, un jefe de la Gendarmería miraba desde su despacho el crecimiento de la villa 31. Entonces dio su punto de vista: «Si no se ocupan los políticos de este tema, con la pobreza llegarán los narcos y se irá todo de las manos. Hay que mirar a México y Brasil, lo que ocurre en esos países siempre se refleja cinco o diez años después acá».Ese oficial siguió mirando durante años esa ventana, aconsejó a políticos, pero el camino era cada vez más cuesta arriba. Los informes sobre circulación de drogas le demostraban cada año que su primer pensamiento era el correcto.En 2005, desde la Sedronar se presentó un plan integral contra el narcotráfico. Néstor Kirchner lo tuvo en su escritorio. No dio respuesta, no estaba entre sus prioridades. Y esa oficina antidrogas quedó desgarrada en tironeos políticos.La falta de interés oficial por la lucha real contra las drogas quedaba expuesta cada año en la reunión de la ONU, en Viena. La Argentina armaba una representación extraña a ojos extranjeros, ya que llevaba dos jefes de misión oficiales. Por un lado el enviado de la Sedronar y por otro el representante de la Jefatura de Gabinete. Y ambos con posiciones opuestas. A la argentina, como si todo fuese una interna política.
En medio de esas presiones de un ala y otra del Gobierno, la política contra las drogas quedó anulada. Y dispersa. No se llevó adelante el planteo de ofensiva contra el narcotráfico ni se consolidó la línea de reducción de daños. Los narcos ocuparon los espacios: ganaron la calle y los barrios.
De eso saben las organizaciones piqueteras, como la Corriente Clasista y Combativa, que organiza actividades en sus asentamientos para evitar la consolidación del poder narco. El Estado reaccionó tarde.
Hace dos años se decidió tomar posiciones con gendarmes y prefectos en algunas villas porteñas por el avance narco. Pero el discurso político desactivó una buena opción táctica. Y aún no hay un plan general, ni siquiera en estudio.