TRÁFICO Y TRATA DE CHINOS HACIA ARGENTINA: OTRO GOLAZO DEL JUEZ TORRES !

10/04/2013

Estimadxs:
ESCLAVITUD CERO viene denunciando el tráfico de personas chinas hacia la Argentina desde 2008. Por fin la justicia realiza una investigación y desbarata una de las tantas redes de tráfico y, en este caso de trata, hacia la Argentina. Realmente es un mérito del Juez Torres que ya nos tiene acostumbrados a sus excelentes intervenciones. El juez Torres se está transformando en uno de los jueces más eficaces en el país para la investigación de casos de trata laboral. Nuestras felicitaciones al Juez y a todo su equipo por este nuevo golazo que le meten al crimen organizado. Un saludo solidario,

Mercedes Assorati

SALIERON DE CHINA CON UNA ILUSIÓN; AQUI SE CONVIERTIERON EN «MERCANCÍA»

Una causa que instruye la justicia federal revela cómo operaba la banda liderada por un ciudadano oriental que traficaba compatriotas y los vendía a supermercadistas

Por Gabriel Di Nicola  | LA NACION

El largo viaje se transformó en una odisea y los tres pasajeros fueron capturados por una organización criminal que se dedicaba a ingresar en la Argentina, por pasos fronterizos ilegales, a ciudadanos chinos para después venderlos a supermercadistas orientales, tal como lo informó LA NACION.

El presunto jefe de la banda era Jian Wen Lin, alias «Lucas». Era quien, para los investigadores judiciales, tomaba las decisiones: se reunía con las personas que recibían a los «paquetes» (como denominaban a las víctimas) y coordinaba cómo debía ser la entrega del dinero.

Así lo sostuvo el juez federal Sergio Torres en la resolución por la cual procesó con prisión preventiva a Wen Lin y a otros sospechosos, identificados como Félix Encina, alias «Juan»; Raúl Martínez, conocido por sus apodos de «Chucky» o «Betum», y José Luis Blanco, «el Viejo». Los cuatro fueron acusados de integrar una asociación ilícita.

«[Los acusados] actuaron agrupadamente y, sobre todo, planeaban actuar en un futuro reiteradamente, en un número indeterminado de oportunidades, con objeto de concertar ingresos de extranjeros en el país, trasladarlos a través de las fronteras con países limítrofes, recibirlos de este lado del límite interjurisdiccional, transportarlos hasta esta ciudad y el conurbano, y «entregarlos» en locales comerciales, donde sus titulares actuarían como receptores. Todo ello, vale agregar, en un contexto que involucra una transacción económica y el intercambio de altas sumas de dinero», afirmó Torres en la resolución.

A los delincuentes algo no les salió como habían planeado y el ingreso ilegal en la Argentina de Yong Qing, Meiling y Hong Lin fue descubierto en Chaco, por la Dirección Nacional de Migraciones y quedaron detenidos. Para conseguir la libertad ambulatoria, según el expediente judicial, debieron pagar una multa de 15.000 pesos por cada uno.

Después de ser liberados de su retención migratoria, un ciudadano chino, que se presentó como familiar y, ahora, se sospecha que era otro eslabón de la organización criminal, subió a Yong Qing, Meiling y Hong Lin en el interno 96 de la empresa Águila Dorada Bis con destino a Retiro.

Pero la odisea no había terminado. Cuando el ómnibus hizo una parada en el Talar de Pacheco, los tres ciudadanos chinos fueron capturados por la fuerza y obligados a subir a unos automóviles. Se sospecha que, una vez en la ciudad de Buenos Aires, estuvieron cautivos en un taller textil.

La organización criminal, desbaratada por la División Antisecuestros de la Policía Federal, quedó al descubierto porque el novio de Yong Qing, identificado por fuentes judiciales como Yang Gou Feng, se presentó en una comisaría porteña para denunciar que su novia estaba secuestrada y que, por su liberación, los captores le exigían 30.000 dólares.

Al padre de Zhuang Meiling también lo llamaron y le exigieron una suma similar para liberar a su hija y a su yerno. Las tres víctimas fueron liberadas, pero aún no se pudo descubrir si se pagó rescate.

Sí el juez Torres, su secretario Pablo Yadarola, el fiscal federal Carlos Stornelli y la División Antisecuestros de la Policía Federal pudieron determinar que en el supermercado de «Lucas» Wen Lin, en Carhué 186, en Mataderos, se ocultaban los «paquetes» hasta ser vendidos.

En su resolución, el magistrado afirmó que «Lucas» era el jefe de la organización, y sobre los demás sospechosos afirmó: «Sus funciones puntuales han sido distribuidas en conducir vehículos, acompañar a las personas ingresadas en el país en sus viajes mediante transportes de larga distancia, concretar pagos, realizar entregas de dinero por las operaciones, recibir y dar instrucciones».

Según la investigación, «los indagados conformaron una organización involucrada en una pluralidad indeterminada de delitos, todos ellos consistentes o al menos adyacentes al ingreso irregular de personas de origen extranjero, involucrando además el manejo de altas sumas de dinero a modo de contraprestación».

LA BANDA CAYÓ POR UN SECUESTRO

  • Denuncia
    La causa comenzó después de que un ciudadano chino denunció que su novia había sido secuestrada
  • Investigación
    El juez federal Sergio Torres determinó que la organización ingresaba en la Argentina ciudadanos chinos, vía Paraguay, y los vendía a supermercadistas orientales por importantes sumas de dinero

SE PAGARON HASTA 100.000 PESOS A LOS PASADORES DE LOS «PAQUETES»

Se pagaron hasta 100.000 pesos a los pasadores de los «paquetes»Así lo sostuvieron dos de los sospechosos, según las escuchas telefónicas de la causa

 Todavía no está claro cuál era el valor de los «paquetes», como la organización llamaba a sus víctimas. Sí, para la Justicia, hay pruebas de que en la estructura criminal se manejaban «altas sumas de dinero a modo de contraprestación».
Por ejemplo, según una escucha telefónica del 24 del mes pasado que fue agregada al expediente judicial, Lin Jian Wen, conocido por el alias de «Lucas» y presunto líder de la organización, mantuvo una conversación desde la ciudad de Buenos Aires con Félix Encina, alias «Juan», que estaba en Paso de los Libres, Corrientes. En esa charla, «Juan» le solicitó a «Lucas» la entrega del dinero que restaba por los «paquetes».Consta en la causa: «La respuesta de «Lucas» primero consistió en ir él para realizar la entrega de dinero, oferta que fue rechazada por «Juan». Entonces, «Lucas» decidió que viajara a Paso de los Libres Raúl Martínez, conocido como «Chucky», para realizar el pago».Según el expediente judicial, al que tuvo acceso LA NACION, «a las 6.40 horas del 26 del mes pasado, arribó a la terminal de Paso de los Libres un ómnibus del cual descendió «Chucky» para encontrarse con «Juan». Se produjo en ese momento una nueva comunicación entre «Lucas» y «Juan» en la que, a preguntas del primero sobre si había recibido el dinero, el segundo respondió afirmativamente».Minutos después, los dos hombres fueron detenidos por agentes de la Policía Federal, que secuestraron 65.000 pesos, supuestamente, la plata que había enviado «Lucas».Según consta en el expediente judicial, de otra conversación telefónica entre «Lucas» y «Juan» surge que «el primero ya había pagado 68.000 pesos y le restaban 32.000 para finalizar el pago total, que el mismo «Juan» señala que era de 100.000 pesos, agregando el otro que le está cobrando 10.000 pesos por cada uno, aclarándole que le enviaría en un ómnibus mañana por la noche [al día siguiente] a un sujeto llamado «Chucky» con el dinero restante».

La sospecha es que, una vez en la ciudad de Buenos Aires, «Lucas» revendía los «paquetes» a supermercadistas. Según la causa judicial, a cargo del juez federal Sergio Torres y del fiscal Carlos Stornelli, «desde el supermercado situado en Carhué 1865 [propiedad de «Lucas»] se trasladó a personas de origen oriental a distintos lugares en los que fueron dejadas, siendo que se observó la entrega de dinero a quienes llevaron hasta allí a esas personas luego de su arribo».

Agrega la causa: «Por ejemplo, se llevó a personas al local de Reconquista 545, de esta ciudad. También se observó el traslado de personas hasta Lomas de Zamora, sin poder determinarse el lugar de arribo. Asimismo, se señalaron traslados de esa clase a la calle Namuncurá 1505, a Emilio Lamarca al 1200 y a Emilio Castro 7617».

Es un misterio a cuánto fueron revendidos esos «paquetes», pero sí se sabe que fue mucho dinero.