- Estas interpretaciones dejan de ver que existen otros tipos de trata de personas, enfocarlo en lo sexual perpetua estereotipos
- Al confundir trata de personas con trabajo sexual, se continúa el estigma hacia las personas que ejercen este trabajo y se les niega el acceso a sus derechos humanos y laborales
Es momento de desmontar mitos y ficciones, la prostitución no es el trabajo más antiguo del mundo, es una de las violencias contra las mujeres más antiguas y una forma de esclavitud en la que hoy en día todavía están inmersas muchas mujeres, propuso Marilú Rasso, codirectora de La Ruta de la Trata, un documental que evidencia cómo México es un país de origen, paso y destino de trata de personas con los diferentes elementos de este delito y cómo interactúan entre sí para dar pie a un negocio muy lucrativo.
Como parte de su participación en la rueda de prensa virtual del colectivo Nosotras tenemos otros Datos y la realizar del 3er Foro Nacional Rumbo a Cedaw, Marilú Rasso puso sobre la mesa la urgencia de dejar de asumir la imagen deformada, construida desde un sistema que se beneficia de la explotación de mujeres y niñas.
Al recordar la metáfora que utilizó visualmente en su producción visual, al colocar a las entrevistadas –víctimas de trata– atrás de una botella, consideró importante dirigir la luz y poner la cámara y los micrófonos, de tal manera que todo este entramado se ha revelado y mostrado, “hay que buscar una mirada más amplia, buscar todas las perspectivas posibles, tener una visión periférica que muestre toda la estructura y sistema que dan origen a la trata e ir desmontando de las violencias para reconocer las complejidades que se benefician de la explotación”.
Destacó de vital el compromiso permanente en la erradicación de las violencias contra las mujeres que permiten, provocan, facilitan y fortalecen la existencia de todo un sistema que da respuesta a la demanda de mujeres y niñas para satisfacer el supuesto deseo sexual irrefrenable de los varones, con lo que da pie a considerar que los hombres no son capaces de controlar sus emociones ni deseos.
“Reconozcamos las causas de raíz”, dijo, a la vez que propuso dejar de ver la imagen deformada de un sistema que se beneficia de la explotación de las mujeres y niñas, al ser permitido y protegido por diversos actores que reproducen violencias naturalizadas y necesarias de erradicar, pues de esta manera el sistema prostitucional y proxeneta se fortalece y hace invisible lo que sucede frente a nosotros.
Marilú Rasso continúo su ponencia, al confundir trata de personas, un delito a todas luces innegable en la realidad del país, con trabajo sexual, habló de “el sistema prostitucional”, que consideró, da origen a un discurso que “nos hace ver la realidad de una forma determinada y no de otra, de esta manera no solamente la víctima de trata no se asume como víctima, sino que las personas a su alrededor tampoco la ven ni la reconocen como tal, así el sistema completo favorece, permite y fomenta el entorno perfecto para la explotación”,
Continúo su participación poniendo como ejemplo que “el discurso que de manera reiterada y creativa acomoda la luz y la cámara para decir que las víctimas son trabajadoras sexuales, los prostituyentes son presentados como clientes y el sistema prostitucional como un mercado; el montaje perfecto, la creación de una ficción cuidadosamente diseñada, pues uno de los brazos radica justamente en apelar a la supuesta libertad de elección de las mujeres, sin tomar en cuenta las condiciones estructurales del sistema patriarcal que llevan a una mujer hasta ahí”, lo que mantiene a las mujeres en el estereotipo de víctimas perpetuas, infantilizadas, incapacitadas para usar su capital erótico en favor de sus vidas y libertad sexual, y continúo: “Intenta entonces hacerla sentir responsable, culpable y por lo tanto digna de castigo, vergüenza, sumisión, silencio; piezas claves para el enganche…se instala así una mancha indeleble, impuesta y reforzada por creencias arraigadas roles estereotipos y mandatos”, el mismo análisis que realizó, pues el criminalizar a las mujeres las coloca en un estado de riesgo, las empuja a la clandestinidad y a la vergüenza.
La codirectora habló del Sistema patriarcal y aderezados con la lógica mercantil del capitalismo en sus diversas presentaciones, dando forma y textura a las cadenas invisibles que atan y atrapan a las mujeres, aun cuando no están físicamente con el tratante o explotador y que no separan a las mujeres y nos clasifican en putas, esposas, madres e hijas entre o cautiverios”, con lo que continúo fomentando el estereotipo, sin considerar que trata de personas también es la explotación laboral.